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Fuente: Repositorio Universidad Evangélica

DISPONIBILIDAD LÉXICA EN EL CAMPO DE LA POLÍTICA DE ESTUDIANTES DE SEGUNDO AÑO DE BACHILLERATO A NIVEL NACIONAL

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Álvaro Bermúdez Valle Guillermo Bustillo Romero Alex Escobar Blanco

Facultad de Ciencias Sociales “Profesor y Doctor Santiago Echegoyén” Departamento de Idiomas

INTRODUCCIÓN

En el año 2012, El Salvador vivió una crisis institucional sin precedentes en la historia reciente. La Asamblea Legislativa y la Corte Suprema de Justicia, a través de la Sala de lo Constitucional, se enfrentaron durante meses por el nombramiento de nuevos magistrados a la Corte, que en el caso de El Salvador es tarea del poder legislativo. El problema radicaba en que la corte entendía como inconstitucional el procedimiento que los parlamentarios creían legítimo. Durante meses, el conflicto se agravaba entre acusaciones mutuas de abuso de autoridad e interferencia de poderes. Políticos, actores de la sociedad civil organizada y medios de comunicación, en general, parecían enfrascarse en una discusión cuyo desenlace final implicaba a todos en el país, pero a pocos parecía importar; fueran estudiantes o docentes, trabajadores o desempleados, jóvenes y adultos por igual, al salvadoreño promedio parecía no interesar lo que un puñado de personas discutían sobre la institucionalidad, la democracia y el futuro del país. Aunque, como es común en estos casos, en los medios de comunicación podían escucharse o leerse todo tipo de acusaciones, descalificaciones, críticas razonadas o falaces de parte de ciudadanos inconformes, el grueso de la población no participaba en el diálogo.

El aparente desinterés y falta de participación de la mayor parte de la sociedad salvadoreña, en este y en muchos otros asuntos trascendentales, llamó la atención del equipo de investigadores que hoy presenta ésta investigación. A la luz de la cultura política, teorizada por Almond y Verba (1963), proponiendo un uso novedoso de la metodología que busca medir el índice de disponibilidad léxica y auxiliándonos de instrumentos propios de investigación cualitativa y cuantitativa, se elaboró el presente proyecto de investigación sobre el estudio del léxico disponible en materia política. Preguntar y dar respuesta a cómo los jóvenes comprenden y conceptualizan el sistema político, para así tratar de explicar las implicaciones que esto tiene para la democracia, es el principal objetivo de esta investigación.

I. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

A. Situación problemática

Este proyecto incursiona de manera novedosa en el campo de la investigación léxica, no en cuanto a su metodología, sino en cuanto a sus objetivos. Lo que se propone es medir y conocer cuál es el índice de disponibilidad léxica en el campo de la política, dentro de la comunidad de jóvenes que están por convertirse, o lo han hecho de manera reciente, en ciudadanos. La ciudadanía política se adquiere formalmente al alcanzar la mayoría de edad; es en este momento que la persona ya no sólo le amparan derechos fundamentales, sino que se ve con la facultad de ejercer sus derechos políticos y atender las obligaciones que a los mismos les acompañan. Alcanzada la mayoría de edad, todo ciudadano ha atravesado un proceso educativo formal -que en El Salvador se supone gratuito y obligatorio- que le brindó las herramientas teóricas y conceptuales necesarias para el ejercicio de la ciudadanía; por lo tanto, requiere ser vivida en contexto con la complejidad política e institucional que exige un régimen democrático. Los nuevos ciudadanos se incorporan como miembros plenos de la comunidad política partiendo del supuesto de que el concepto de “democracia” es entendido a cabalidad por todos. Pero, ¿es esto así? ¿Brinda la escuela la comprensión del sistema político a los nuevos ciudadanos. La investigación parte de la hipótesis que sostiene que si no se entienden abstracciones como las que supone el concepto democracia, o de Estado mismo, no es posible la materialización de una participación política real, consciente y funcional. La capacidad de definir las instituciones y figuras del sistema político se asocia con la capacidad de definir y asociar conceptos, símbolos e imágenes entre sí, para dar sentido al sistema.

B. Enunciado del problema

Esta investigación parte de la siguiente interrogante: ¿Cuál es la disponibilidad léxica en el campo de política de los nuevos ciudadanos, y qué implicaciones puede tener esto para la democracia?

C. Justificación

En la América Latina en general, y en El Salvador de forma particular, los niveles de participación cívica-política son relativamente bajos (LAPoP, 2010). Un argumento burdo, pero generalmente extendido del fenómeno, explica el origen de la falta de participación, no en restricciones objetivas que impidan al ciudadano común ha- cerlo,1 sino en dimensiones subjetivas que se refieren, principalmente, a la falta de interés en la cosa pública; esto por la opinión desfavorable y generalizada entre la población del sistema y sus instituciones. Sin embargo, la participación político-cívica consciente y real implica, entre otras cosas, la comprensión del sistema político en toda su dimensión. Para esto, la conceptualización correcta y concreta del sistema democrático es imprescindible. El análisis de la disponibilidad léxica-política entre los jóvenes permitirá conocer más sobre la comprensión de la democracia que, como sistema político, tienen aquellos que se encuentran a la puerta de convertirse en nuevos ciudadanos. La investigación ofrecerá una nueva perspectiva que permita analizar la participación de los jóvenes; y aunque no pretende ser una evaluación del sistema educativo y del trabajo en el área de la formación ciudadana, sí puede servir como insumo de diagnóstico sobre tal acción educativa y, consiguientemente, como insumo para la toma de decisiones.

d. Objetivos

Objetivo general

Conocer el nivel de disponibilidad léxica-política de estudiantes de nivel medio en El Salvador.

Objetivos específicos 1. Medir los niveles de disponibilidad léxica política en estudiantes de último año de educación media. 2. Contrastar el índice de disponibilidad léxica-política entre establecimientos del sector público y privado. 3. Determinar si existe diferencia en el índice de disponibilidad léxica-política entre establecimientos según los resultados obtenidos en la PAES. 4. Profundizar en la comprensión que tienen los jóvenes de los centros de interés propuestos.

Esto sería coartar derechos políticos y por tanto tal posibilidad está fuera de la lógica de la democracia occidental. 2 Con sus instituciones, principios, derechos y obligaciones.

II. FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

A.Antecedentes de la disponibilidad léxica

Los estudios contemporáneos en disponibilidad léxica tienen como precedente el trabajo realizado por René Michéa, Georges Gougenheim, Paul Rivenc y Aurélien Sauvageot. Este grupo de investigadores, en 1956, presentaron el diccionario de francés básico nombrado: Le Français élémentaire. Dicho diccionario -así como los estudios en disponibilidad léxica actualmente- tenía la finalidad de recolectar el léxico utilizado por la mayoría de los franceses; esto permitiría la enseñanza de un vocabulario común, tanto para extranjeros, inmigrantes y habitantes galos de colonias antiguas (Rivero, 2008). En un principio, mucho antes de la elaboración del Le Français élémentaire, los parámetros para determinar la existencia de un léxico disponible eran los criterios de uso y frecuencia; es decir, que se consideraba léxico disponible a toda palabra que apareciera de forma frecuente en una comunidad de hablantes (Ríos, 2005). Los resultados obtenidos con el uso de estos parámetros de frecuencia y uso demuestran ser inexactos, ya que existen palabras que poseen un grado de aparición mínimo, debido a que su disponibilidad está regida por el contexto en el cual se desenvuelve la actividad comunicativa; esto llevó a René Michéa, junto con su grupo de investigadores, a replantear los criterios de selección del léxico disponible. René Michéa en 1953 construyó la herramienta conocida como Centro de Interés, y fue diseñada con el fin de determinar una especie de realidad que condujera al hablante a emitir palabras asociadas a la realidad propuesta. Con el método de Centro de Interés como herramienta de recolección de léxico, R. Misché (1953) define léxico disponible de la siguiente manera: “Una palabra disponible es aquella que suele ser particularmente frecuente, está siempre lista para ser empleada y viene inmediatamente y naturalmente a la mente en el momento que se tiene necesidad de ella. Es una palabra que, formando parte de las asociaciones de ideas usuales, existe en potencia en el sujeto hablante en cuanto estas asociaciones entran en juego” (p. 310). Hoy en día la disponibilidad léxica es entendida como un campo de investigación de la lingüística, la cual recolecta, analiza y valora el léxico disponible dentro de una comunidad de hablantes. La importancia de la disponibilidad léxica se ha acrecentado con la abolición del paradigma que colocaba el aprendizaje de las palabras como innecesario; esto se justificaba con la suposición de que las palabras son fáciles de aprender y no necesitan ser estudiadas de forma sistematizada (Bartol, 2009).

Disponibilidad léxica

La disponibilidad léxica engloba diferentes áreas estudio, entre ellas se encuentran:

• Palabra y vocablo (léxico fundamental) • Léxico frecuente • Vocabulario disponible • Léxico básico o usual • Léxico fundamental

Una de las primeras formas de estudio de la disponibilidad léxica surgió de la distinción existe entre palabra y vocablo. Popularmente ambas suelen utilizarse como sinónimos, pero al hablar de palabra nos referimos a las unidades léxicas elementales que estructuran un corpus textual. El vocablo, por su parte, es más restringido y específico, ya que es una agrupación de palabras que establecen una unidad semántica, el cual requiere un uso más detallado (Rivero, 2008).

Para Dimitrijévic (1969), los términos palabra y vocablo, dentro del campo de estudio de la disponibilidad léxica, deberían de ser entendidos como unidades léxicas. La unidad léxica, según lo planteado por Rivero (2008), es “considerada como la unidad conceptual base en el aprendizaje del vocabulario; implica la unión de una forma léxica, que contenga al menos una palabra, con un significado unitario o con un valor semántico identificable” (p. 2). El léxico frecuente hace referencia a la cantidad de palabras y vocablos que aparecen en una medición o cuantificación. Los estudios de Moreno de Alba (1992) llevaron la particularidad de frecuencia al estatus de útil. Sin embargo, esta asociación entre frecuencia y utilidad carece de estabilidad y fundamento, ya que un hablante se desenvuelve en variados contextos comunicativos, lo que dificulta el mantener un discurso con un determinado vocabulario. Estudios como el de López Morales (1999) detallan la existencia de palabras y vocablos útiles y disponibles pero con un nivel mínimo de frecuencia. El léxico o vocabulario disponible es aquel que aparece según necesidades comunicativas determinadas. Dubois & Giacomo (1998) definen como vocabulario disponible al grupo de palabras que a pesar de mantener una baja frecuencia dentro de una actividad comunicativa determinada, son palabras útiles y se encuentran disponibles al hablante en torno a un tema específico; el vocabulario disponible, por lo tanto, es aquel cúmulo de palabras y vocablos que tienen la particularidad de ser frecuentes e inmediatos bajo un determinado tema o situación comunicativa.

Léxico básico o usual es el nombre que se le otorga a todo léxico que posee estabilidad y permanencia en todo tipo de discurso. Fue este tipo de léxico el que en un principio se entendía de forma inadecuada como el léxico disponible (Ríos, 2005). Por último, el léxico fundamental engloba el léxico básico o usual y el vocabulario disponible; el léxico básico proporciona el vocabulario más estable y constante dentro de una comunidad de hablantes. El léxico disponible, por consiguiente, muestra las palabras más inestables del vocabulario presente en una comunidad de hablantes (Rivero, 2008). Por otro lado, entendemos que toda actividad comunicativa involucraba las competencias lingüísticas, sociolingüísticas y pragmáticas, así mismo la competencia lingüística conlleva, entre otras, la competencia léxica en toda su acepción.

La competencia léxica, según Rivero (2008), involucra dos destrezas fundamentales:

1. Competencia inferencial 2. Competencia referencial

La primera se puede definir: como la capacidad de generar enlaces entre palabras que estén asociadas a un determinado contexto. Mientras la segunda es la facultad de proyectar las palabras en el mundo real, ya sea mediante la identificación del objeto nombrándolo, o mediante la correcta utilización del vocablo. Con esto planteado es posible decir que los estudios de DL están fundados de forma parcial en el fenómeno de competencia léxica, ya que solo abordó las destrezas inferenciales.

Estudios sobre léxico disponible

Una revisión de los estudios en disponibilidad léxica demuestra que estas investigaciones tienen como objetivo primordial, en la mayoría de los casos, fabricar una selección de vocabulario para la enseñanza de la lengua (Bartol, 2009). Para este cometido, investigaciones como las de González (1997), Sánchez (2003), Domínguez, Puldio, Martin & Piñero (1994), Rivero (2008), demuestran que las formas para alcanzar un entendimiento profundo de la lengua, es por medio de:

1. Estudios enfocados al conocimiento de un vocabulario. 2. Estudios diseñados para contrastar vocabularios de dos comunidades particulares de hablantes. 3. Estudios que asocien determinado vocabulario con niveles académicos y socioculturales.

Estas tres formas de estudio de disponibilidad léxica son las que permiten ahondar y comprender la naturaleza de una lengua. González (1997) diseñó su estudio con el fin de conocer un determinado vocabulario; este vocabulario, dentro de la investigación, estaba mediado por la injerencia de los factores socioculturales en el aprendizaje de tal. La investigación llevada a cabo por Sánchez (2003) estaba enfocada en comprender una determinada forma de lengua; el interés de esta investigación estaba orientado a conocer el vocabulario especializado utilizado en el contexto de los medio de comunicación. El vocabulario especializado se entiende como aquel lenguaje (sub-lenguaje) que emerge como medio de comunicación dentro de una comunidad de hablantes, los cuales hacen uso de particulares unidades léxicas diseñadas para usarse en determinados contextos, ya sean estos laborales, sociales o culturales, etc. Otros de los estudios en el campo de la disponibilidad léxica son las investigaciones realizadas por Domínguez, Puldio, Martin & Piñero (1994) sobre ciertos elementos sociales, culturales e incluso intelectuales entre dos comunidades de hablantes. Estas investigaciones se dan a la tarea de encontrar diferencias significativas en el nivel de léxico usual entre alumnos de lugares urbanos y rurales. Las observaciones hechas por Rivero (2008) señalan dentro de su estudio de disponibilidad léxica la necesidad de establecer relaciones entre el vocabulario y el nivel sociocultural y académico de una comunidad de hablantes. Es decir que determinado uso de vocabulario es un indicador del nivel de desarrollo académico y de la forma en que el hablante entiende y opera el mundo. Los estudios de disponibilidad léxica en el campo de la política son escasos. Una de las investigaciones desarrolladas en este rubro es la investigación Gramática y Léxico en la comunicación Política, de Cárdenas & Vasco (2008). Esta dirige su interés en el entendimiento del léxico utilizado en el discurso del orador político. Por otro lado, Romero (1995) diseñó un estudio enfocado en el entendimiento de nuevas creaciones léxicas por medio de la prefijación. Siguiendo un camino similar, Núñez (2000) desarrolla su indagación con un acercamiento al léxico político. En este trabajo, el Dr. Emilio Núñez Cabezas analiza el léxico político desglosando e interpretando cada una de las partes que componen la morfología léxica de este vocabulario especializado.

Para finalizar, uno de los trabajos con mayor fama es el libro de olamendi (2000), Léxico Político. En este libro, diversos autores desarrollan una recorrido por el vocabulario político y profundizan y examinan la naturaleza de cada una de las unidades léxicas que componen el vocabulario en el campo de la política.

B. Preguntas de investigación e hipótesis a. Preguntas de investigación 1. ¿Cuál es el índice de disponibilidad léxica-política en estudiantes de nivel medio? 2. ¿Existen diferencias significativas entre el índice de disponibilidad léxica política entre los estudiantes según la región geográfica en la que se encuentran? 3. ¿Existen diferencias significativas entre el índice de disponibilidad léxica política disponible según la nota promedio de la PAES en los establecimientos educativos? 4. ¿Existen diferencias significativas entre el índice de disponibilidad léxica política entre los estudiantes del sector público y privado? b. Hipótesis

HI 1: los estudiantes del sector privado tienen un mayor índice de disponibilidad léxica-política que los estudiantes del sector público. HA 1: los estudiantes del sector público tienen un mayor índice de disponibilidad léxica-política que los estudiantes del sector privado. HO 1: no existe diferencia en el índice de disponibilidad léxica entre establecimientos según sector. HI 2: los estudiantes de los establecimientos que obtienen una mejor calificación en la PAES tienen un mayor índice de disponibilidad léxica política. HA 2: los estudiantes de los establecimientos que obtienen una menor calificación en la PAES tienen un mayor índice de disponibilidad léxica política. HO 2: no existe diferencia en el índice de disponibilidad léxica política –IDLP- entre estudiantes según la nota obtenida en la PAES.

III. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN

A. Enfoque y tipo de investigación Este estudio, el primero de su tipo en El Salvador, debe considerarse como una investigación exploratoria en la que se aplica por primera vez la metodología de los estudios de disponibilidad léxica aplicado al campo de la política. Además, la investigación se plantea a través de una metodología mixta. Como técnica cuantitativa, se aplicó un cuestionario a estudiantes, todos del último año de bachillerato, que permitía medir el índice de disponibilidad léxica en el campo de la política. Como herramienta cualitativa, se trabajó con grupos focales para comprender las ideas de los estudiantes en torno al amplio concepto de la política.

B. Unidades de análisis Se considera como unidades de análisis a estudiantes del último año de nivel medio en 15 centros educativos de nivel medio. La muestra, elaborada por conveniencia, se distribuye en las cinco zonas geográficas delimitadas para el estudio: occidental (Santa Ana, Sonsonate), Central (Chalatenango, La Libertad), Paracentral (San Vicente, Cabañas), oriental (Usulután y San Miguel) y Metropolitana (San Salvador). A pesar de contar con la aprobación expresa del Ministerio de Educación en la selección de la muestra, fue decisiva la autorización de las autoridades de cada centro educativo. En 14 de los 15 centros educativos, se trabajó con estudiantes de segundo año, opción general; mientras que en uno de los institutos los estudiantes cursaban el segundo año de bachillerato de una opción técnica.

C. Procesamiento y análisis En lo que respecta a las variables que caracterizaban a la muestra y sus intereses políticos, la información fue procesada y analizada en el software SPSS, versión 15; mientras que la información recogida en los cuestionarios en torno a los centros de interés para calcular el índice de disponibilidad léxica, fue ingresada y procesada en el software LexiDisp versión 1.03, desarrollado por la Universidad de Alcalá y el Instituto Cervantes. Los centros de interés políticos propuestos fueron: política, democracia, participación política, leyes, gobierno, cargos públicos, funciones del gobierno, instituciones públicas, derechos y ciudadanía. Además, se incorporaron entre los centros de interés comida y animales, que usualmente muestran altos índices de disponibilidad léxica, para comparar las respuestas con las obtenidas en los centros de interés en torno a la política. Para calcular el índice de disponibilidad léxica, el programa LexiDisp se basa en la fórmula desarrollada por López Chávez y Strassburguer Frías (1993), (Montenegro, 2010), expuesta en la tabla 1.

D. Instrumentos y muestras

En el estudio han participado 15 centros educativos de todo el país. De estos, 11 son institutos públicos y 4 del sector privado, encontrándose todos en zonas urbanas de 8 de los 14 departamentos de El Salvador. Para efectos del estudio se consideró importante dividir el país en cinco zonas

Tabla 1

Fuente: Montenegro, 2010

geográficas, procurando identificar centros educativos representativos en cada zona, trabajando con 2 centros educativos en la zona central, 3 en las zonas occidental, paracentral y oriental, y 4 en la zona metropolitana. Para cada centro escolar, la autorización expresa de sus autoridades fue determinante en la inclusión de la muestra.

Tabla 2. Centros escolares por zona geográfica

otro criterio que se ha considerado importante para el análisis de los datos ha sido la calificación obtenida en la prueba estandarizada anual de rendimiento óptimo, aplicada a todos los estudiantes del último año de bachillerato de todos los centros edu- cativos públicos y privados, conocida como “Prueba de Aprendizaje y Aptitudes para Egresados de Educación Media” (PAES). La prueba intenta evaluar conocimientos en las áreas de matemáticas, lenguaje, ciencias naturales y ciencias sociales; además, se considera como un indicador de la calidad educativa a nivel nacional e institucional.

En el 2012 (año que se tomó como referencia para la muestra), la nota promedio de la PAES a nivel nacional fue de 5.0, en una escala que va de 0 a 10 puntos; la nota promedio para centros educativos públicos fue de 4.8 y en los privados de 5.6. (MINED, 2012). Respecto a los centros educativos que participaron en la muestra, la nota global de la PAES fue de 5.8 puntos, mientras que la nota en el área de sociales, la cual interesa de manera especial en este estudio, fue de 6.31. A partir del puntaje en la PAES, es posible clasificar a los centros educativos de la muestra como instituciones de alto (nota mayor a 7.00 puntos), medio (notas entre 5.00 y 6.99 puntos) y bajo rendimiento (notas menores que 4.99 puntos). Así se tiene que de los centros educativos que participaron en este estudio, tres son es- cuelas de alto rendimiento, dos colegios privados (8.02 y 7.05) y un público (7.39); siete de rendimiento medio, un colegio privado (5.68) y seis públicos (5.76, 6.79, 5.91, 5.83, 5.54 y 5.31); mientras que los centros educativos de bajo rendimiento correspondían a cuatro centros educativos, uno privado (4.67) y cuatro públicos (4.49, 4.70, 4.71 y 4.96). Sobre el instrumento para desarrollar la investigación, se utilizó como herramienta cuantitativa el cuestionario denominado “Boleta de disponibilidad léxica en el campo de la política”, el cual constaba de 5 centros de interés en torno a la política (política, democracia, participación política, leyes, gobierno, cargos públicos, funciones del gobierno, instituciones públicas, derechos y ciudadanía), y dos centros de interés que servirían como contraste (comida y animales). Finalmente, el informe considera solo cinco de estos centros de interés, los cuales son: política, democracia, gobierno, participación política y derechos, además de los centros de interés control.

Tabla 3. Nota PAES 2012

Fuente: PAES MINED 2012

Para recolectar la información, como ha sido el protocolo en investigaciones de disponibilidad léxica similares, se dio a los estudiantes dos minutos para que escribiesen todas las palabras que asociaban al centro de interés propuesto. Finalmente, respecto a la muestra, las consideraciones en la elaboración de la

misma han sido un efecto de 0.30 (medio), potencia (1-β err prob) 0.95, y un error (α) de 0.5. Lo que indicó requerir una muestra (n) de 485 sujetos. Todos los participantes en el estudio son estudiantes del último año de bachillerato general, con edades en el rango de 15 a 19 años.

IV. ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN

1. Perfil de los jóvenes y sus intereses políticos Tener 17 años y ser estudiante del último año de bachillerato entrelazan dos situaciones importantes a la luz de la vida política de los estados. Durante los últimos 12 años, el estudiante ha atravesado por un proceso de educación formal en el que ha desarrollado habilidades y adquirido conocimientos no solo en las áreas de matemática, lenguaje y ciencias naturales, sino también en formación de ciudadana, la cual ha sido un pilar fundamental del proceso educativo. La celebración de las fiestas patrias y de actos cívicos; la devoción impuesta y aprendida de la religión del Estado, que venera símbolos, escudos, banderas y oraciones; la enseñanza de la historia oficial; las explicaciones sobre la estructura y funcionamiento del Estado y sus leyes; así como la enseñanza y práctica de conceptos que dan sentido al sistema político; en esto ha consistido el proceso de formación ciudadana que pretende llegar a buen término en el último año de formación. El momento en el que la educación media se acerca a su fin, coincide con el inicio de la vida ciudadana del estudiante. Atrás quedaron los años en los que la ciudadanía se definía en términos de sexo, raza, propiedad o posición social. Hoy, el lugar de nacimiento y la edad son los únicos factores que importan para definir la ciudadanía. Así es para los salvadoreños, para los que los 18 años marcan el inicio de la ciudadanía. A los 18 años se adquieren derechos y obligaciones que antes no se tenían. En ejercicios que antes eran percibidos a distancia, como las elecciones, los ahora nuevos ciudadanos se vuelven protagonistas. De aquí parte el perfil de los jóvenes de esta investigación. Todos son estudiantes del último año de nivel medio, el doceavo de educación formal, de centros educativos públicos y privados del sistema educativo salvadoreño. La muestra recoge la opinión de 514 jóvenes, de los cuales el 57 % son estudiantes de sexo femenino y el 43 % masculino. En un rango que va de los 14 a los 21 años, la media en la edad entre los jóvenes es de 17.3 años. De 15 centros educativos visitados en todo el país, el 78 % de los encuestados eran alumnos de instituciones públicas y el 22 % correspondía a instituciones privadas. Tres de cada cuatro estudiantes (75.7 %) dijeron haber terminado el noveno grado en instituciones públicas, mientras que uno de cada 5 (19.8 %) dijo haberlo terminado en centros educativos privados. Las opciones “en el extranjero” y “otro”, explican el 4.5 % restante de las respuestas.

Aunque todos los establecimientos se ubicaban en zonas urbanas, uno de cada cuatro de los encuestados (24.7 %) dijo residir en áreas rurales, mientras que el 74.3 % vive en una zona urbana. También se indagó sobre la variable educación parental, y se observó que la escolaridad de los padres es levemente mayor que la escolaridad que las madres, (28.8 % de los padres tienen estudios universitarios finalizados, frente al 23.9 % en las mismas circunstancias), y que existe una diferencia significativa entre la escolaridad de los padres cuyos hijos estudian en el sector privado, de los cuales el 45.5 % han cursado la universidad completa, contra el 23.4 % de padres cuyos hijos asisten a un instituto público. Entre los jóvenes se exploró el interés que tienen por la política, la frecuencia en que se habla de política en su círculo familiar y con otras personas, así como los espacios que participan afuera de la escuela. Ante el cuestionamiento de la inclinación por la política, el 14.8 % dijo que le interesaba mucho la política, el 34.7 % dijo estar algo interesado, el 29.6 % dijo que le interesaba poco la política, mientras que solo 1 de cada 5 (20.9 %) dijo que no le interesaba nada la política. En otras palabras, casi la mitad de los jóvenes (49.5 %) se muestran interesados en la política, porcentaje que se eleva al 79.1 % si se toma en cuenta aquellos que dijeron interesarse poco por la política. Por lo que solo 2 de cada 10 jóvenes dicen no interesarse nada en política. Este dato es importante porque estamos ante una sociedad aparentemente apática hacia la política y los políticos. También resulta llamativo que el sector educativo marca diferencias estadísticamente significativas en el interés por la política, mostrándose mayor interés en el sector público que en el privado. Mientras que en el sector público el 53 % de los jóvenes dicen estar muy interesados o algo interesados en la política, en los centros educativos privados, el porcentaje cae al 37.2 %. Cuando se preguntó a los jóvenes sobre la frecuencia con la que hablan de política con su familia, casi la mitad de los encuestados (45.7 %) dijo hablar de manera muy frecuente (14.8 %) o algo frecuente (30.9%) con su familia sobre la política. Pero la mayoría de los jóvenes (54.3%) dijo hablar rara vez (42.7 %) o nunca (14.8 %) de política con su familia; aun así, es importante hacer la lectura que el 85.2 % de los estudiantes -aunque sea de manera rara o poco frecuente- dicen hablar de política con su familia. Esto es importante ya que, como han señalado distintos autores (Vander Zander, 1986; Rocher, 1990; Giddens, 2009), la familia es el primer espacio decisivo de socialización. Si es en la familia que se establecen relaciones que transmiten valores y costumbres, el lugar donde también se definen preferencias religiosas, estéticas y hasta gastronómicas, es lógico que sea en la familia que se formen las actitudes políticas básicas (Castillo, 2000). Los datos muestran la asociación estadística y significativa entre la frecuencia con la que se habla de política en la familia y el interés por la misma; así, mientras más se hable de política en casa, mayor es el interés del joven por la política.

Ahora bien, sobre la participación de los jóvenes en distintos espacios, se observa que, en coincidencia con otros estudios a nivel regional (LAPoP, 2012) y nacional (IUDoP, 2010), en su mayoría los jóvenes participan en equipos deportivos (47.3%) y grupos religiosos (44.7 %), mientras que el nicho de participación más baja es en partidos políticos (5.8 %):

Finalmente, respecto a la población en los centros educativos según el rendimiento PAES, el 14.2 % son estudiantes cuyo centro escolar tuvo un rendimiento alto (nota mayor a 8 puntos), la mitad de la población (50.8 %) eran estudiantes de centros educativos de rendimiento medio (nota en PAES en el rango de 5.00 a 6.99 puntos) y el 35 % de la población eran estudiantes de centros educativos con bajo rendimiento (nota menor a 4.99 en PAES).

En resumen, los informantes son jóvenes del último año de bachillerato que muestra algún interés por la política, y que sus principales intereses de participación se satisfacen en equipos deportivos, grupos religiosos y artísticos.

2. Índice de disponibilidad léxica en el campo de la política

Hasta el día de hoy, han sido dos los usos que se les ha dado a las investigaciones del léxico disponible. La primera consiste en conocer las palabras que un grupo de personas evocan y expresan en torno de un contexto comunicativo determinado (Alba, 1997; Montenegro, 2010).

La segunda pretende no solo facilitar la adquisición de una lengua extranjera (López Rivero, 2008), sino conocer las deficiencias léxicas en estudiantes que han alcanzado cierto nivel en el aprendizaje de una lengua distinta a la materna (Bartol- Hernández 2006). De ahí que las investigaciones sobre disponibilidad léxica, en cualquiera de sus usos básicos, hayan necesitado estandarizar sus procedimientos y centros de interés. Las investigaciones tradicionales sobre disponibilidad léxica siguen un mismo patrón metodológico: se trata de pruebas asociativas que pretenden recoger el léxico conocido, agrupándolo en campos nocionales que, en jerga de este tipo de investigaciones, se denominan centros de interés. Los centros de interés, definido en términos que lo hace el software Lexidisp, es la “esfera semántica relacionada con una situación comunicativa en la que aparece un caudal léxico determinado”, o en otras palabras “el estímulo en torno al cual se realizan asociaciones que permiten el cálculo de la disponibilidad léxica” (Fernández, 2006). Con variantes mínimas, todas las investigaciones sobre léxico disponible abordan los mismos centros de interés: parte del cuerpo humano, comidas y bebidas, calefacción, iluminación, trabajos de campo, la ropa, objetos de la mesa, la ciudad, animales, partes de la casa, la cocina y sus utensilios, el campo, juegos y distracciones, los muebles, la escuela, medios de transporte, profesiones y oficios (Bartol-Hernández, 2006). Para conocer las palabras que los sujetos asocian a cada centro de interés, se pide a las personas que durante dos minutos completen una boleta destinada para tal fin. Después, la información recolectada es procesada en software que permita calcular el índice de disponibilidad léxica, en un rango de 0 a 1, de cada una de las palabras. Básicamente, el cálculo del índice de disponibilidad para cada vocablo se obtiene de la frecuencia y el lugar en el que aparece la palabra en un grupo de personas. Como señala Bartol, “La disponibilidad… es algo medible a través de una fórmula matemática en la que se conjugan la frecuencia y el orden de activación de la palabra. Todas las palabras aparecidas en la encuesta son “medidas” con el índice de disponibilidad, lo que nos permite establecer cortes en el grado de disponibilidad que pueden ser tenidos en cuenta para fijar el léxico de los diferentes niveles” (2006). La estandarización metodológica en cuanto a la aplicación de la prueba, como su contenido, han permitido que se desarrollen iniciativas como el proyecto hispanoamericano, que permite comparar el léxico disponible en jóvenes de último años del bachillerato (ontello, 2012). Ahora bien, la idea de medir el vocabulario y poder establecer “cortes” en el grado de la disponibilidad, para fijar el léxico por niveles, muestra ser valiosa analíticamente.

El índice de disponibilidad léxica de los vocablos en cada centro de interés en torno a la política adquirirá un significado en cuanto pueda compararse con los índices de disponibilidad de palabras en centros de interés de gran rendimiento. En la tabla 6 se presenta el índice de disponibilidad léxica para los centros de interés de animales y comida de los estudiantes de la muestra. Estos servirán como centros de interés control para los resultados obtenidos en los centros de interés referido a la política.

3. La disponibilidad léxica política en el campo de la política

Valencia (1997) señala que el índice de disponibilidad léxica (IDL) “es un indicador de cuáles son las palabras que un grupo de sujetos tiene disponibles para la intercomunicación lingüística en un tema determinado”. Los temas determinados pueden ser tantos como áreas de conocimiento existen. En este sentido se justifica que la técnica de medir el léxico pueda ir más allá del amplio campo de los 16 tradicionales centros de interés a los que muchas veces se restringen las investigaciones de léxico disponible. De ahí que pueda llevarse la técnica de medir el léxico al campo de la política. Estudiar el léxico disponible en el campo de la política entre estudiantes del último año de bachillerato cobra un sentido especial por dos razones, que ya han sido señaladas. La primera es que, en el último año del bachillerato, los estudiantes están por convertirse en ciudadanos, con los derechos y deberes que eso implica en una democracia; la segunda, porque el Estado, a través del Ministerio de Educación, exige a los centros educativos, públicos y privados, la formación ciudadana de estas personas. Los centros de interés propuestos son política, democracia, participación política, gobierno y derechos, por lo que cada una de estas palabras significa para la democracia. Vale la pena hacer una última advertencia antes de presentar el índice de disponibilidad léxica en el campo de la política, y es que debe interpretarse el índice a como lo que es: un indicador imperfecto de cuáles son las palabras que un grupo de sujetos tiene disponibles para la intercomunicación lingüística de un tema determinado (Valencia, 1997).

Por ello sería incorrecto afirmar que estas son las únicas palabras que los estudiantes conocen y son capaces de utilizar para construir discursos en torno a la política. Sin embargo, estas palabras sí pueden darnos un indicador de cuáles son las palabras que utilizarán los nuevos ciudadanos cuando a la política se refieran, y de ahí la interpretación que puedan hacer de la misma.

3.1 Centro de interés: política La política es como lo que se habla o se entiende para el bien del pueblo; es decir, como las políticas económicas o las políticas sociales en el sentido de ayudar a una población.

Estudiante en grupo focal

El primer centro de interés evaluado se le denominó llanamente política. El número total de palabras aportadas por los estudiantes para este centro de interés (CI) fue de 1457, apareciendo con mayor frecuencia las palabras diputados (136), ARENA (118), presidente (120), FMLN (109), corrupción (97), leyes (87) y alcaldes (74). En este centro de interés, la palabra diputado obtuvo el mayor índice de disponibilidad léxica con un puntaje de 0.20. Al comparar este dato con el de los vocablos más disponibles en los CI control, se observa que la unidad léxica perro, con un IDL de 0.52 en animales, y pollo, con un IDL de 0.47 en comida, obtienen un mayor IDL en sus respectivos centros de interés. En ambos casos, el IDL del primer vocablo es considerablemente mayor que el primero en el centro de interés política. Como puede observarse en la tabla 7, las unidades léxicas más disponibles en torno a la política tiene un IDL de 0.209, y corresponde al vocablo diputados. Sin embargo, en el análisis de los índices por centros educativos también observan diferencias notables. Como se muestra en la tabla 8, en los centros educativos de alto rendimiento, cuya nota de PAES es mayor a 7 puntos, las palabras con mayor IDL no solo son distintas a las que se presentan en el IDL general sobre política, sino que su IDL es considerablemente mayor. Leyes (0.554), corrupción (0.652) y diputados (0.387) son los vocablos con mayor IDL en estos centros educativos, en contraste con diputados (0.209) del IDL general.

Tabla 7. IDL general. CI política

En los tres casos, vocablos que se refieren a cargos públicos y partidos políticos muestran ser los de mayor disponibilidad. Pero es notable que en el centro escolar con mayor nota PAES aparezcan entre los vocablos más disponibles términos como: derechos (0.13), justicia (0.11) y democracia (0.10). Ninguno de estos vocablos muestra una alta disponibilidad en la tabla general del centro de interés política. Así también es llamativa la alta disponibilidad de términos con sentido negativo que se asocian a la política. Sobresalen: corrupción (0.652 y 0.258),desigualdad (0.137) y ladrones (0.136). Lo anterior sucede con más frecuencia entre los estudiantes de centros educativos de rendimiento medio, cuya nota de la PAES está en el rango de 5.00 a 6.99. En estas instituciones educativas, unidades léxicas como: corrupción (0.225, 0.213, 0.141, 0.133, 0.103), ladrones (0.226, 0.112, 0.131), robo (0.116, 0.140),mentira o mentirosos (0.161, 0.139, 0.126), se muestran como vocablos muy disponibles en torno a la política.

3.2 Centro de interés: democracia

“Democracia podría ser como el que los gobernantes puedan escuchar nuestras opiniones, nosotros podamos opinar, y ellos tomen en cuenta nuestros puntos de vista y nuestras ideas”.

Estudiante en grupo focal

Durante el desarrollo de una investigación sobre cultura política llevada a cabo con determinados grupos religiosos (Dany y Bermúdez, 2014), uno de los investigadores preguntó a un muchacho si creía que la democracia es un régimen político acorde a la enseñanza evangélica. Sin que el joven pudiera responder, una señora se le adelanta y le responde al investigador: -No, porque “demos” viene de “demonio”, entonces eso sería como el “gobierno del demonio”. Aunque anecdótica, la historia ilustra cómo la comprensión de un concepto puede muchas veces no corresponder con la realidad. En el centro de interés democracia, los estudiantes aportaron un total de 1255 palabras, siendo libertad (107), igualdad (102), justicia (78), paz (44), respeto (44) y derechos (40), las que cuentan con un mayor número de apariciones. En la tabla 11 se muestra el IDL general del centro de interés democracia. Aunque se presentan los primeros 20 vocablos del índice, se observa que los que pueden considerarse verdaderamente disponibles, de manera general, son tres: libertad (0.182), igualdad (0.177) y justicia (0.129). Aun así nótese, por el valor del índice, que estas son las únicas tres palabras que se encuentran disponibles entre los estudiantes.

V. CONCLUSIONES

En total fueron 7230 palabras obtenidas de 526 instrumentos de recolección de léxico en los 5 centros de interés. De estas, 1533 corresponde al CI derecho; 1533 para CI gobierno; 1457 palabras en el CI política; 1452 palabras en el CI participación; y por último, en el CI democracia, el número de palabras fue de 1255.

Estos resultados nos plantean las siguientes interrogantes: ¿Qué nos intentan comunicar? ¿Acaso 7230 palabras tienen alguna incidencia dentro de la realidad? ¿Qué quiere decir todo esto en torno al tema de la política?. Antes de solucionar las interrogantes propuestas es necesario esclarecer que la disponibilidad léxica (DI) puede ser interpretada como evidencia sustancial de la facultad de hablante de decodificar, emitir y asociar vocablos. Todo este conjunto de procesos puede englobarse dentro de la competencia léxica. Un ejemplo de lo anterior en el caso que un hablante se encuentre frente a una silla, la competencia léxica queda reflejada cuando este logra identificar el objeto, lo nombre y posteriormente lo asocia con otros objetos que correspondan a la naturaleza del ya nombrado, como podría ser madera, ebanista, comedor, etc., (Marconi, 2000). Para este estudio las 7230 palabras vistas desde el constructo epistemológico de la “competencia léxica”, según Rivero (2008), no es más que la llana representación de la capacidad de los jóvenes de poder generar conexiones o enlaces entre contenidos léxicos que comparten un mismo contexto (competencia inferencial), descartando por principio teórico que puede proyectarse en la realidad (competencia referencial). Con este mismo análisis se revisan las palabras más disponibles en cada uno de los CI. Es fácil encontrar léxicos que a pesar de estar emparentados de alguna u otra forma con el CI propuestos no corresponden desde una perspectiva semántica. Tal es el caso del CI política (ver la tabla 7) con un ID de 0.063 que se encuentra con la palabra dinero. Esto podría confirmar que los jóvenes, desde el aspecto teórico de la competencia léxica, emitieron la palabra dinero simplemente porque parecía ser una de las palabras que se podía asociar en el contexto de política de la realidad salvadoreña, ya que en esta realidad, la política se puede vincular con corrupción, mentiras (robos), ladrones, tal y como aparecen en la lista de palabras del CI política. Si bien de alguna manera el concepto de dinero está inmiscuido en casi todos los ámbitos del hacer humano, queda evidenciado que existe una buena cantidad de palabras que se asocian de forma más directa al contexto comunicativo de política que el dinero. Entre las palabras menos disponibles dentro del CI política se encuentran léxicos asociados de forma más directa con este CI, como lo son: constitución (ID 0.033), sociedad (ID 0.027) y estado (ID) 0.020). En conclusión, las palabras asociadas con este CI principalmente se refieren a cargos públicos, instituciones políticas, pero principalmente a percepciones sobre la política.

Al revisar el CI de democracia (ver tabla 15), el último de los centros de interés en el número de palabras registradas, se encuentra con un ID de 0.047 el vocablo solidaridad. Así como en el caso anterior, se vuelve a revelar otra palabra disponible que ha sido puesta en este CI, no por su significado o entendimiento semántico, sino más bien por su uso o asociación con otras palabras que se desenvuelven en el contexto. Con este nuevo aporte se continúa con la revisión de la naturaleza de las competencias dentro de los resultados del estudio de DL, por lo que es posible apreciar con mayor claridad la notable incongruencia semántica entre el CI propuesto y las palabras disponibles. Esto nos muestra que las palabras disponibles no son evidencia que una persona posea competencia léxica en todo su sentido, ya que no significa que es capaz de utilizar correctamente todas esas palabras en su discurso cotidiano (Rivero, 2008). Además, nótese por el valor del índice que los únicos vocablos que pueden considerarse verdaderamente disponibles para los jóvenes son: libertad (0.182), igualdad (0.177) y justicia (0.129). Igualmente, como se observó anteriormente, las palabras justicia, libertad e igualdad poseen una importante connotación igualmente de por sí el ideal del concepto de democracia. Sin embargo, quedan de lado conceptos importantes y concretos como fiscalización, participación, organización, rendición de cuentas, marchas y protestas, así como el ya citado voto. En el CI de participación política (ver tabla 15) se presenta un caso llamativo. Si bien la palabra voto, con un ID de 0.103, es quizá la palabra más representativa de este centro de interés, y revisando las demás palabras registradas, es curioso observar que palabras relacionadas a cargos públicos como: presidente, diputados y alcaldes, obtuvieron un ID mayor que la palabra elecciones (ID 0.079), que resulta ser más significativa para el centro de interés en cuestión. También en este mismo CI se puede observar cómo léxicos registrados son sinónimos o variaciones del léxico voto como votaciones, votos, sufragio, corroborando la tesis de la naturaleza inferencial de los trabajos de disponibilidad léxica. Un último elemento para esclarecer el CI participación política es la aparición de una forma de participación política como lo es el cabildo abierto. Este último vocablo aparece en la tabla con in ID de 0.032, siendo relegado por palabras que poseen, una conexión indirecta o secundaria con el CI propuesto.

Continuando con el análisis de la competencia léxica sobre los resultados de la disponibilidad léxica, se encuentran el CI gobierno (ver tabla 19). En este, de las 20 palabras emitidas aparecen 7 que hacen referencia a cargos públicos, entre ellas variaciones de ministros, pero con un índice muy bajo (0.044) para considerarse disponibilidad y dejó fuera otras palabras que incluyan instituciones de gobierno. También resaltan la aparición de los partidos mayoritarios y se ubica al FMLN con un ID de 0.053 sobre ARENA, con un ID de 0.037. Esto puede asociarse de igual forma con la aparición del nombre del actual presidente salvadoreño, Mauricio Funes, lo cual indica que en el CI gobierno los jóvenes están describiendo al gobierno de turno, y probablemente las otras asociadas pueden ser el reflejo de la forma en que los jóvenes aprecian al gobierno actual. Además es importante mencionar que los centros educativos de alto rendimiento mostraron un mayor número de vocablos disponibles respecto al IDL general que corresponden al centro de interés y por consiguiente los centros educativos de mediano y bajo rendimiento; asimismo, en 6 de los 7 centros educativos, el CI gobierno fue asociado a corrupción, que es un término de connotación negativa (0.140,0.139, 0.108, 0.107, 0.107). Es un dato llamativo si se considera el reducido número de vocablos relacionados con el centro de interés. Por último, en el CI derechos (ver tabla 23) se registraron palabras disponibles que en una buena parte eran variaciones de las palabras: educación (ID 0.152), salud (ID 0.152) y a la vida (derecho a la vida), con un ID de 0.139; sin embargo, el vocablo educación es considerablemente inferior que la locución pollo (0.47) y perro (0.52) de los centros de interés control. Si bien en los centros escolares de alto rendimiento aparecen disponibles las unidades: políticos, sociales y civiles, no aparecen de manera explícita vocablos que se asocien a este tipo de derechos. Finalmente, todos los vocablos obtenidos en los centros de interés mediante los instrumentos de recolección léxica son el resultado de la destreza de asociación y enumeran palabras (léxico inferencial) que poseen los jóvenes sin hacer referencia en algunos casos a las palabras más “adecuadas”, según los centros de interés. Igualmente es importante destacar que el índice de disponibilidad léxica en los centros educativos públicos fue menor a la de los centros de enseñanza privados. Si bien el léxico nos permite una mayor y más compleja forma de expresión humana, es necesario reconocer que detrás del acto comunicativo subyacen procesos representativos del lenguaje; es decir, que las palabras no simplemente comunican, sino que representan la forma de aprehensión y compresión que el individuo ha tenido de su propia realidad.

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